Santo Domingo.-
En la red social Instagram se esparció en la noche del domingo una imagen que decía: “Aparentemente hay un juego de fútbol en el concierto de Bruno Mars” y es que el show del medio tiempo del partido final del Super Bowl ha tomado tanta relevancia en los últimos años que ya cobró vida propia.
Vestido con una chaqueta dorada, camisa blanca y corbata negra, Bruno Mars se apoderó del escenario en el estadio MetLife de East Rutherford en Nueva Jersey, donde cerca de 80 mil personas disfrutaban en vivo del enfrentamiento entre los Broncos de Denver y los vencedores de la temporada, los Seattle Seahawks.
Un coro de doce niños, con una mezcolanza de todas las razas del mundo, fueron los primeros en salir a escena interpretando la canción “Billionarie”, grabada originalmente por Mars y Travie McCoy. Con un retumbante solo de batería, Gene Hernández, nombre real de Bruno, demostró su destreza para tocar el intrumento. Seguido se unió a su banda conformada por ocho músicos para deleitar a los presentes y a los presumibles cien millones de televidentes con el gran éxito “Locked out of heaven”.
La descarga de energía prosiguió con “Treasure” y “Runaway baby”, donde el cantante de 28 años realizó una oda a James Brown, Michael Jackson y Elvis Presley con sus cautivantes pasos de baile. El show finalizó con “Just the way you are”.
MUY BUEN SHOW, PERO NO EL MÁS MEMORABLE
No se puede negar que una de las partes más emocionantes del Show de Medio Tiempo fue cuando la legendaria banda Red Hot Chili Peppers se unió a Mars y juntos interpretaron el clásico de 1991, “Give it away”.
No se puede negar que una de las partes más emocionantes del Show de Medio Tiempo fue cuando la legendaria banda Red Hot Chili Peppers se unió a Mars y juntos interpretaron el clásico de 1991, “Give it away”.
A pesar de las bajas temperaturas, los Chilis desafiaron el termostato y se lucieron con los torsos desnudos. Un impactante juego de luces y los fuegos pirotécnicos más asombrosos engalanaron la presentación, comparada con la de Beyoncé en 2013 y la de Madonna en 2012, que para muchos la superó y para otros no sobrepasó el límite de lo esperado.
